La concepción del liderazgo en Kurt Lewin (Horacio C. Foladori)

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1. Introducción

 

Cuando se  abre la posibilidad de pensar  al grupo como una nueva unidad  de estudio –  la que define a su vez a la psicología social – una serie de fenómenos nuevos  se hacen presentes  en el campo en cuestión, ya que era imposible percatarse de su existencia  mientras la psicología  no abandonara  el estudio del individuo. De la gran variedad de fenómenos que  aporta la investigación sobre el grupo como totalidad, el estudio sobre  el liderazgo cobró  singular relieve por varias razones:

Por un lado, el predominio  del enfoque individualista tendió a identificar en el grupo, el que aparecía como una masa informe y contínua,  individuos y sus funciones, probablemente como una manera de  comenzar por lo conocido. Dicho de otro modo, la ideología imperante en la psicología   no permitía  que el grupo pudiese ser considerado como una entidad de otro orden, diferente a la que  se venía abordando. Así, la primera forma de contacto con el  fenómeno del grupo  dice relación  con un abordaje colectivo, vale decir, pensar al grupo como una agrupación de individualidades.

Por otro, el problema  de la eficiencia estaba planteado, sobre todo  en espacios empresariales, industriales y productivos en general , en el que hay que incluir también, aunque  pertenece a otro órden,   al sector educacional. En este proceso Elton Mayo cobra singular relieve ya que es él quien , por sus descubrimientos,  muestra la existencia de fenómenos típicamente grupales. Lewin no puede dejar de considerar  estos antecedentes.  El grupo  suponía  poder modificar  los resultados  del proceso productivo y de aprendizaje, introduciendo una variable  que debería ser estudiada. Las urgencias del sistema capitalista pronto contaminaron  los estudios de los grupos y sobre todo de la influencia recíproca entre los integrantes, leído siempre en términos  de productividad.

Un tercer factor interroga  también al grupo y  cuestiona profundamente su propia naturaleza así como su razón de existencia, sitúandose  en una vertiente que pretenda explicar las fuerzas en juego y la dimensión de los vínculos interpersonales al interior del grupo. Es la pregunta por el «instinto gregario» para algunos, por los lazos libidinales para otros, dependencias, pertenencias, afiliaciones, segregaciones, en fin, toda una gama  de nociones que pretenden evaluar las condiciones  que posibilitan la constitución del grupo así como su duración. Dice Lewin (1939:133)» A la psicología le costó mucho tiempo descubrir que un todo dinámico (habla del grupo)  posee propiedades diferentes de las propiedades de sus partes o de la suma de sus partes. (…) El todo no es «más» que la suma de sus partes, sino que tienen diferentes propiedades. El enunciado debiera ser: ‘El todo es diferente de la suma de sus partes’ «.

Lewin  coloca al grupo como unidad de análisis he ahí  uno de sus logros. Pero esta unidad le interesa por cuanto  puede ser esdudiada en su conflictiva interna, , fuerzas  (abstractas) contrapuestas que responden – en su modelo fisicalista – a la inercia  imperante  en cada coyuntura. El mecanicismo da cuenta por tanto de la movilidad del grupo   en tanto  esta es permanente, siempre girando alrdedor del problema del cambio, idea central que tomaran otros investigadores.

El liderazgo  se sitúa a mi juicio  en el entrecruzamiento  de estos  tres ejes por cuanto  aparece  como lo que se diferencia emergiendo del grupo, como aquel  que hace laborar al grupo , organizarlo en aras de un determinado objetivo que lo ha reunido, y, por último, también es el que  concita y desencadena estados particulares, a veces regresivos manteniendo en muchos casos lazos  muy profundos con sus seguidores.

2. Liderazgo  y proceso productivo.

Lo anterior demuestra   que el tema  del liderazgo  no haya pasado desapercibido desde un inicio y que  su estudio ofresca  jugosas recompensas tanto en el terreno de la producción ( en sentido amplio) como en el de la organización  y control social.

No existe una clara diferencia entre líder y jefe. Mas bien , en una concepción  organicista ( el grupo es para Lewin un cuerpo ) las definiciones  colocan el acento en cierta funcionalidad,  que tiene que ver con la cabeza ya sea de un grupo o de una institución. En ambos casos hay un trabajo por realizar cuya encomienda  se le carga  al conductor. Podríamos acordar primariamente,  una definición de liderazgo del tipo de : El proceso mediante el cual  un miembro del grupo (su líder) influye a los otros miembros hacia el logro de objetivos específicos grupales .

Para Kurt Lewin, quien ha avanzado  titánicamente  en  una propuesta de formalización, de matematización de la psicología social, el grupo se constituye como un campo que hasta podría ser puesto en una fórmula matemática  en función  de los vectores  de fuerza y  de sus intensidades que lo atraviesan.

El liderazgo entonces no aparece necesariamente  destacado  en  esta esquematización. De hecho , no lo trata como tema central  en ninguno de sus textos. Pero por otro lado, ciertas urgencias políticas de los Estados Unidos, país que lo ha acogido como refugiado,  no pueden dejar de  interrogarlo acerca de una duda «existencial» de una persona implicada. Son los años de la guerra . Cierta pugna por la validez de los sistemas sociales  y de los mecanismos de ejercicio del poder conforman las discusiones cotidianas. No es posible  permanecer al margen  y menos para la ciencia que es convocada una y otra vez a dar respuestas  acerca de problemas contingentes que la guerra plantea.

Desde otro ángulo, K. Lewin analiza la incidencia del grupo sobre el individuo  y las ventajas de leer al individuo desde el campo que el grupo ofrece. (Lewin 1939 : 141) «La observación del grupo proporcionará más y mejor material para la caracterización de la posición y el papel del individuo dentro del grupo; determinará,  por consiguiente, el significado de su conducta, con mayor precisión de la que se conseguirá observándolo más o menos como una entidad separada». Sostiene  la amplitud de la información que se podría obtener así como la precisión de las conclusiones.

Y agrega una nota a pie de página que es  aplicable por entero al caso del liderazgo, cita en la cual se adelanta  como un visionario a  los desarrollos que impulsará Pichón-Rivière  quince  años después: «El acentuar el enfoque de campo en relación con la técnica de la búsqueda de hechos en psicología social no excluye, por supuesto, la posibilidad de que bajo ciertas condiciones el comportamiento de un individuo pueda ser tratado como un síntoma de ciertas propiedades del grupo». Si bien la cita no remite  explícitamente  al problema del liderazgo, la palabra síntoma utilizada en dicho contexto abre a una serie de posibiilidades. No es necesario entender allí una concepción  psicoanalítica del síntoma ( aunque  se sabe que Lewin conocía al psicoanálisis) sino simplemente sostener  el criterio mas tradicional de síntoma como señal de enfermedad. As, el síntoma individual,  sería aquel que  a raíz de las propias fuerzas grupales en juego, adopta  en el grupo  un lugar resistencial. En todo caso, un lugar diferente  a través del cual algo es señalado. Pero si de fuerzas se trata , el síntoma es el lugar donde el  conflicto se pone de manifiesto.

De este modo,   abre a todo el problema de la depositación . El síntoma aparece ya como un lugar privilegiado y donde las condensaciones han tenido lugar. No es dificil suponer que el líder puede ser  el que ocupe dicho lugar con lo cual  se estaría  anunciando  la posibilidsad  de comprender el liderazgo  desde un ángulo muy diferente  al que  connota la práctica  de la psicología social durante los últimos años.

3. El problema  de la historia

La historia para K.Lwin es entenida en términos de causalidad, tiene que ver con lo que ha sucedido antes y que da cuenta  lógicamente  del origen del fenómeno. ¿Cómo aislar entonces el momento presente, para marcar toda su trascendencia? Lewin tiene que  rescatar el presente considerando la historia pero no de manera defintiva  lo que convertiría al presente en un puro efecto ( causa)  del pasado, así como el antecedente el futuro.

Tal sea por ello que  una  de las críticas más   contundentes que se le realiza   al cuerpo nocional lewininano tiene que ver con su concepción del tiempo. El énfasis que Lewin ha puesto  en los factores actuales ha llevado a diversos comentaristas a afirmar que  la historia no tiene ningún lugar en la teoría del K. Lewin. Se trata de trabajar en el hic et nunc, énfasis  puesto por el propio Lewin. Ahora bien, creo que tal crítica solamente da cuenta de la dificultad de los discípulos para comprender  los desarrollos del maestro.  Se trata de una lectura demasiado literal de lo formulado por Lewin,  que deja fuera buena parte de la conceptualización metodológica acerca de  las coordenadas que determinan   el valor de la causa histórica.

Ahora bien,  el caso es que no puede ser de otra manera, cuando se dice que la totalidad  (actual) de los fenómenos del campo  son los que dan cuenta  de un determinado fenómeno, necesariamente se está incluyendo entre dichos fenómenos las diversas variables históricas que tienen presencia  de una u otra forma  en ese momento actual.  No hay posibilida de operar sobre la historia sino es desde el presente. Lewin (1939: 139) trata el tema de manera poco analítica y sin embargo   es pertinente dimesionar  los alcances  de sus propuestas : «Tanto la psicología como la sociología contienen problemas «históricos» y ahistóricos («sistemáticos») íntimamente entretejidos. A diferencia de la psicología, la sociología ha luchado repetidamente, casi desde un principio, contra el excesivo énfasis puesto en el aspecto histórico de sus problemas. La transición hacia construcciones dinámicas hace necesario contemplar este problema  lo más claramente posible. No es tarea de la sociología ni de la psicología eliminar el aspecto histórico de sus problemas. Por el contrario, la teoría del  campo no puede dejar de tener en cuenta el caracter histórico de cada hecho y su específico marco histórico».

Me gusta leer en  esta cita una diferencia entre el momento  de la práctica en el cual  la causa histórica no puede ser trabajada y el momento del análisis en el cual  el caracter histórico y el marco histórico sí  se constituyen  en variables a ser consideradas en las determinaciones de los hechos. Años después, el análisis institucional introdujo  la diferenciación entre campo de análisis y campo de intervención , discriminación  muy útil ya que permite  deslindar  entre otros factores, el problema  del manejo de la causa histórica y de su conceptualización.

4. El experimento central sobre liderazgo

El estudio rector realizado  sobre el tema del liderazgo ,  se configuró de la siguiente manera: (Schellenberg 1978:88) «El estudio más famoso de grupos inspirado por Lewin fue la investigación sobre climas sociales de grupo llevada a cabo en 1938 y 1939 en la ciudad de Iowa por R. Lippitt y R. White. Dispusieron varios grupos de niños jugando bajo diferentes estilos de liderazgo adulto. El primer bloque de estudios comparaba los resultados entre los esquemas autocrático y democrático de liderazgo. Un segundo bloque incluía estos dos estilos más el de «laissez-faire», un tipo de liderazgo no directivo comparado con el estilo centrado en el líder (autocrático) y con el centrado en el grupo (democrático)».

El experimento supuso llevar  adelante minuciosos registros de observaciones de  las acciones y las repercusiones en cada tipo de grupo. Los niños  participaron  en grupos conducidos de diversas maneras a los efectos de visualizar el impacto de determinadas acciones según el tipo de liderazgo. La conclusión de Schellenberg reza :»Los resultados de estos estudios se han aducido con mucha frecuencia para mostrar las ventajas de la democracia sobre la autocracia. Por ejemplo,  bajo el liderazgo autocrático, se producía menos iniciativa y mayor agresión contra los compañeros que en el resto de los tratamientos. Los grupos dirigidos democráticamente eran los mejores en estos aspectos y además eran los más preferidos por la mayoría de los niños. Los grupos «laissez-faire» mostraban una carencia en objetivos e insatisfacción que no se daban en los grupos democráticos «.

La relación entre la forma de conducción y los comportamientos agresivos (efecto de la frustración) es el objetivo de la presente investigación . Los resultados muestran  que las variaciones  de las manifestaciones agresivas tienen que ver directamente con los climas grupales que se han establecido a partir de los estilos de liderazgo. Para Anzieu (1971:61), la popularidad  que adquiere la experiencia  se debe a que permite responder a «la pregunta  que  preocupaba entonces a los defensores de la democracia» ¿Cómo pudo producirse, desde un punto de vista psicológico, un fenómeno colectivo como el nazismo?»

En la pregunta de Anzieu se cuelan   tácitamente un par de cuestiones. La mas evidente  tiene que ver con  la producción de sujetos autoritarios, deshumanizados, que operan con un sistema de obediencia ciega etc. y de que manera  cierto ripo de  conducción grupal el grupo podría constituirse en una fábrica de ellos. Este problema  no menor reflexiona tanto sobre la necesidad d einvestrigar  el aspecto de masa que podría estar  como elemento constitutivo en todo individuo   así como  el factor grupo en la construcción actual  de la individualidad. Otro  problema que  se puede deducir de la pregunta de Anzieu tiene que ver con el problema  político, con la democracia, autocracia y autogestión, y de qué manera  la política pudiera ser investigada  y modificada  desde la psicología social. Tema crucial  para los defensores de la democracia que requieren de la legitimación – ahora por la vía científica – de su sistema.

Hay que señalar que  estos experimentos causaron  interés en todo el medio norteamericano  repercutiendo significativamente en diversas actividades cotidianas. Deutsch y Krauss ( 1970: 55), discípulos directos  de Lewin, señalan que este experimento «Contribuyó además a estimular cambios en el tipo de liderazgo en grupos industriales, educacionales y militares, y determinó el surgimiento de programas de entrenamiento en relaciones humanas, ampliamente utilizados para ayudar a la gente a capacitarse para el liderazgo de grupos».

Estas experiencias  estimularon otras. Por ejemplo,  Serraf (1971) realiza  un experimento similar pero con adultos en grupos de trabajo en los que evalúa el grado de satisfacción personal  y el grado de satisfacción en relación con  el rendimiento ante el trabajo.

5. Análisis del experimento.

Este relato, más o menos  reproducido de manera similar  en muchísimos  textos de psicología social,   permite  aproximarse  a la concepción del liderazgo en K. Lewin,  así como  a su idea de grupo. Veamos algunos de sus  ideas  que son deducibles de la forma  cómo se realizó el experimento.

1. El grupo es  conformado por el experimentador, desde afuera de él y según intenciones y parámetros muy precisos. Incluso el  experimentador no se incluye en el grupo, opera desde una cierta distancia diseñando  las estrategias que otros (en este caso los líderes adultos designados) tendrán que implementar sobre niños. El experimentador mueve los hilos de su diseño.

2. La relación adulto-niño  no puede ser más especial  ya que  supone un determinado control  de  la situación, manejo del poder  según un modelo previsto. Los niños no están en igualdad de condiciones  con los adultos, se encuentan en una situación de dependencia:  se podría inferir además,  la movilización en los niños  de  esquemas  familiares y  escolares, estereotipos diversos,  etc.

3. El líder  es un sujeto introducido en un grupo. Se trata de una intromisión  que tiene una misión muy precisa: aquella de organizar el funcionamiento grupal  a los efectos  de  alcanzar cierto objetivo  que se relaciona con la productividad. Este líder plantea su estrategia, la desarrolla siempre de manera autocrática ya que la impone, más allá que la estrategia prevista  pueda ser democrática o laissez-faire. Dice Milhiot (1971:121) «Ahora bien, la situación experimental  y el investigador (que impone siempre la tarea  y las modalidades de ejecución ) constituyen una variable extremadamente importante».Todo se impone  porque el líder  ingresa al grupo con el cometido de hacer trabajar al grupo de esa manera particular. El lider opera con las fuerzas, es el individuo que sabe de eso, de cómo mover los hilos  de manera precisa en cada  coyuntura.

4. En tanto  el líder no hace la tarea sino que «favorece» que el grupo pueda asumirla, se podría deducir que  el líder  en realidad cumple funciones de técnico, de especialista, de asesor del grupo para que el mismo  se  pueda organizar  y trabajar. En todo caso , la ambigüedad  se hace presente ya que según el tipo de liderazgo (por ejemplo, el autocrático), el grupo debe acatar las directivas impuestas,  con lo cual  el líder se convierte en el principal ejecutor de la tarea. Se puede apreciar que hay  dos funciones  superpuestas : la  función de líder y la función técnica.

5. En todo caso,  queda claro que  el éxito  de la eficacia grupal en los tres modelos  tienen que ver  de manera importante con las características  de manipulación  del líder de turno ya que el líder asume la responsabilidad de que el grupo funcione, de que trabaje según el esquema previsto. O sea que para Lewin el grupo requiere de una aproximación que fuerce cierto destino.

6. Teorías sobre el liderazgo

El abordaje de la problemática del liderazgo  pone en circulación  un conjunto de ideas  acerca de su existencia, de sus orígenes  y de la forma de concebir –  como ya vimos –   al grupo mismo. Veamos estas relaciones que dan cuenta  de  dónde se pone el énfasis:   o en el líder- como persona – o en el grupo – con lo cual el líder aparece como una función de éste.

a. La teoría de los grandes líderes

Si se supone que el grupo  es solamente un agrupamiento de personas, elfenómeno del liderazgo resulta  inabordable. ¿Cómo dar cuenta de  esa figura que encarna  el poder de decisión  de  un colectivo amplio ? Es más sencillo   partir  desde otro lado: el estudio del liderazgo  se debe realizar  como un estudio de la psicología diferencial, vale decir,  precisar  cuáles son las condiciones que cumplen  los grandes líderes de la historia, cuál es el denominador común  que atraviesa dicho lugar, en el supuesto de que  dichas características están ya en los hombres,  son características propias,  personales, incluso se puede nacer con ellas.

El resultado inmediato  es pensar que el líder es algo que hay que agregarle al grupo para que  el colectivo – ahora adecuadamente guiado –  pueda realizar su labor. Es válida así la imposición del liderazgo. Se trata del requerimiento de condiciones fijas, permanentes  y sin posibilidades de cambio ya que  se ha construído un cierto perfil del líder, el que se aplica por igual en todos los casos. El líder esentonces pensado en términos de características individuales, más allá del grupo. Es un elemento que el grupo necesita y por ello, hay que buscarlo en el espacio extragrupo. En esta concepción, el grupo aparece colocado en segundo lugar ya que lo importante verdaderamente es el líder; él es el que puede  conducir a la masa intgegrada por aquellos que no poseen  ese don que es el de ser líder. Entre los estudios realizados sobresale una cualidad  imprescindible para poder ser líder: la flexibilidad. Esta cualidad es lo que permite,   por un lado,  que el líder lo  pueda ser de una amplia gama de tareas que el grupo deberá enfrentar, y por otro, la flexibildad tiene que ver  con  la capacidad de  congeniar una vasta  gama de demandas de los integrantes d ela masa, depositadas en el lugar del liderazgo.

b. La teoría de la función

Si el grupo es una unidad  diferente a la suma de las partes que lo componen, entonces el liderazgo  tienen que ver  con una determinada función que es necesario  realizar. Como dice Maisonneuve (1968:66) «En esa perspectiva, el liderazgo no será considerado según  una perspectiva estática y estrechamente individualizada, sino como un sistema de conducta requerido por y para el funcionamiento del grupo, como una condición  y una cualidad dinámica de su estructuración».

En este caso,   si bien no es necesario que  el líder pertenezca a la estructura grupal, el campo de fuerzas determina un lugar que debe ser llenado por alguien. Cada grupo entonces, según su propia dinámica construye dicho sitio. Ahora bien, para este caso lo fundamental es que el lider sea aceptado y ello tiene que ver con la manera en cómo el líder  pasa a cumplir las condiciones del lugar en que se situa. Esto significa  pensar en el principio de autoridad ya que el líder   aparece como el miembro que  ejerce la  más fuerte influencia.  Esta posición se moviliza por tanto,  en torno a definir  cuáles son los rasgos principales  que más comunmente son descubiertos pero como características de la función, del perfil requerido para cumplir la función,  no de la persona.

K. Lewín se inscribe en  esta línea de pensamiento ya sea  por su concepción  de grupo  como también  por  la manera en que  sostiene  los experimentos sobre liderazgo. El «índice de aceptabilidad»  que daría cuenta  de cómo el líder impuesto es recibido,  es formulado  en terminos de cohesión ya que  es desde allí que puede pensarse  la forma en como el grupo se enfrenta – integrado – a la tarea que tiene que resolver. El líder, por ende, cumple un papel esencial  en mantener la cohesión, primer aspecto de la función que determina a su vez el rol. El líder aparece como una nueva fuerza impuesta, con una función reordenadora de las mismas. Por ello, podría decirse que el individuo en realidad  cataliza algo ya dado en el espacio grupal, un cierto conflicto que  hay que encauzar. Por ello creo que Lewin  toma cierta distancia con la idea de este lider-individuo  que si bien está colocado allí  arbitrariamente, aterriza en un mar de contradicciones ya constituídas.

Bibliografía:

Anzieu, D y Martin, J.Y. (1971) La dinámica de los pequeños grupos, Kapelusz, B.A.
Deutsch, M. y Krauss, R.M. ( ) Teorías en psicologia social, Paidos, B.A., 1970
Lewin, Kurt (1939) Teoría del campo y experimentación  en psicología social, Cuaderno Nº 10 del Instituto de Sociología de la Fac. de Filosofía de la UBA, 1958
Lewin, Kurt ( 1951) La teoría del campo en la ciencia social,  Paidos, Barcelona,  1988
Mailhiot, Bernard (1971) Dinámica y génesis de los grupos, Ed. Marova, Madrid, 1980
Maisonneuve, Jean ( 1968) La dinámica de los grupos, Proteo, B.A., 1969
Schellenberg, James (1978) Los fundadores de la psicología social, Alianza Ed., Madrid, 1981
Serraf, Guy (1971) Efectos de los estilos de conducción sobre los grupos de trabajo según la experiencia de Lewin,   Lippitt y White, Dinámica de los grupos pequeños, Kapelusz, B.A.

agosto 2002