FAMILIA (dos lecciones dictadas en la Scuola de prevención José Bleger de Rimini) (Thomas von Salis)

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Hablar de la familia en este lugar parece ser una tarea compleja.

Quiero comenzar con una cita de Leonardo Montecchi (1989): “No es casual que el discurso de la hegemonía sea, en última instancia, la modalidad formal a través de la cual se ejerce el poder y que en la interpretación gramsciana significa la complejidad de aparatos ideológicos e institucionales que producen la ideología dominante.

Es justamente esta exudación de la ideología en la cotidianeidad, esta filtración de forma molecular en el lenguaje, en sentido común, lo que constituye el ámbito específico de pertinencia psicoanalítica.

Es en la dimensión de la cotidianeidad, en que el tiempo parece haber desaparecido, donde domina la coacción a repetir, es ahí donde se manifiesta el discurso de la hegemonía.

Aquí está el secreto del consenso a la estabilización y a la represión del deseo de cambio.

De hecho, en lo cotidiano confluyen jirones de ideología y visiones del mundo, partes de religiones que vienen a ensamblarse en el sentido común, en el lenguaje corriente que estructura al sujeto mismo.

Aquí, en la dimensión familiar no hay espacio más que para un deseo interdicto para un sujeto sometido a un orden simbólico que le pre-existe y donde la adjudicación del rol está determinada por un código moral producido en un contexto histórico, económico y social determinado, vivido sin embargo como absoluto e inmutable”.

Debido a que la complejidad no decrece si se hacen grupos coordinados dos veces después de mis intervenciones, quiero limitar el objetivo de mi presentación. He decidido hablar de la patología, de la locura de la familia.

La familia puede ser vista como un lugar preferido, en el cual uno hace enloquecer a otro.

Searles, un experto en la psicoterapia de la esquizofrenia, en 1959 publicó su artículo “The effort to drive the Other person crazy” (El esfuerzo para volver loca a la otra persona). Fue traducido al alemán en 1969, para una colección de trabajos sobre el tema de la esquizofrenia y la Familia (Bateson y col., 1977).

En este trabajo se muestra que hay una tendencia activa por volver loco al otro, ya sea en la familia, ya sea en la terapia. El ejemplo clásico es el del terapeuta seducido por el comportamiento erotizado y erotizante del paciente, cuando al mismo tiempo este niega cualquier intención de este tipo.

En el desarrollo del niño, la contradicción ligada a la individuación/separación no es tanto por motivos eróticos sino de la dependencia/independencia lo que puede estar en el origen de una psicosis o neurosis severa.

Searles menciona también el traumatismo pero no se detiene tanto ahí puesto que el interés nos lleva más al origen de las situaciones traumáticas que al trauma en sí.

Usa el término de Bateson -“double bind”- para indicar la contradicción traumática en el comportamiento entre personas cercanas, tales como la madre y el hijo. Cuando la madre tiene la necesidad de tener un niño dependiente para ella misma existir, su actitud será paradojal. Buscará (conscientemente) ayudar al niño a crecer; al mismo tiempo hará lo posible para prohibir el comportamiento progresivamente más maduro del niño. En consecuencia el hijo sentirá la necesidad de la madre y tenderá a satisfacerla. Esto a su vez provocará una reacción punitiva de la madre, quien conscientemente no quiere tolerar el comportamiento regresivo del niño.

Una situación análoga se presenta en todas las terapias, porque existe el aspecto de dependencia/autonomía que juega un papel. Las interpretaciones precoces tienen un efecto potencialmente traumático porque ponen en duda la coherencia interna del paciente. Este debe recurrir a una estrategia defensiva excesiva, produciendo así en el terapeuta un sentimiento de impotencia. Tomando falsamente al paciente como un niño pequeño, hará más intervenciones inadecuadas, agravando de esta manera la situación.

Un motivo sobre el cual Searles insiste mucho, es la tendencia de la pareja o del grupo a quedar en el estado fantasmático de simbiosis, o, como diría Bleger, indiferenciado-sincrético.

Contrariamente a los autores anglosajones que pensaban que a nadie le gustaría estar en el estado regresivo-simbiótico, por lo menos de parte de los terapeutas, Searles muestra cuánto placer se puede encontrar en estados tales.

En el mismo libro (Bateson y col., 1977) hay otros trabajos que quiero mencionar, especialmente porque en ellos se encuentran puntos interesantes referidos al grupo. Estos artículos se escribieron en los años 1950; pueden ser vistos por lo tanto como trabajos sobre de pioneros de la ciencia sobre grupos.

Wynne (p.44) se refiere a un trabajo de investigación hecho con familias de personas esquizofrénicas en el cual los padres del paciente esquizofrénico eran entrevistados dos veces por semana, mientras que el paciente era tratado más “intensivamente”. Otros miembros de la familia y el personal del hospital psiquiátrico estaban incluidos en la investigación. La finalidad de esta era estudiar la estructura de la familia como organización social, para encontrar una interpretación psico-dinámica de la esquizofrenia.

En los primeros estudios preliminares los autores encontraron un fenómeno que llamaron “pseudo-comunidad” (pseudo-mutualidad). Partiendo de la premisa axiomática de que el ser humano tiende al vínculo con otros hombres, y de una segunda idea, es decir que busca un sentimiento de identidad para obtener un estado de coherencia interna y de continuidad. Los autores descubrieron tres modos de solución: – comunidad (o mutualidad), no-comunidad (no-mutualidad) y pseudo-comunidad (pseudo-mutualidad). Este último tipo, si es muy pronunciado, junto con otros factores, contribuye a la génesis de un grave brote de esquizofrenia. Si un miembro de la pseudo-comunidad quiere destacar su individualidad, el grupo entra en crisis, mientras que una “comunidad” sabrá tolerarlas diferencias y divergencias que se producen en la realización de los intereses individuales. Los roles que en una “comunidad” cambian naturalmente, en una pseudo-comunidad se vuelven rígidos y estereotipados. Las expectativas y comportamientos en la pseudo-comunidad ya no se adaptan a la realidad, sino que sirven de estabilizadores de la ilusión de relación. Es así como las relaciones pierden su frescura y el crecimiento se ve impedido. La relación mantenida en el estereotipo deviene “vacía, estéril y sofocante”.

“Si en la familia, la estructuración del rol y de la ideología es excesivamente amorfa, vaga o inestable, y si a pesar de ello se revela totalmente englobante, se comprende fácilmente que de esta manera tal ambiente puede contribuir a la difusión de la identidad (ibid p. 173)”.

Pero si los roles son exquisitamente claros e inequívocos, su importancia para la formación de la identidad es menos evidente. Roles familiares estereotipados pueden contribuir a una crisis de la identidad al estilo de la que se observa en casos de brotes agudos de esquizofrenia.

El autor muestra la validez de estos pensamientos con casos muy ilustrativos.

Un gran clásico es el trabajo de Laing y Esterson (1964): Sanity, madness and the family– para mí, el mejor texto de Laing.

Quizás Laing sea conocido generalmente por su libro The divided Self, una colección de casos escrita de modo que pudiese ser comprendida por un público no experto en psiquiatría.

El primero está basado en un estudio de once casos en los cuales se entrevistaron pacientes esquizofrénicos y varios miembros del grupo familiar en composiciones diversas. La selección se hizo con criterios científicamente correctos y las entrevistas se grabaron en su mayoría. De modo que nos encontramos con un material clínico excepcionalmente rico. El hecho que los entrevistadores plantearan preguntas muy inteligentes y lograban ponerse en contacto en base a la confianza, incluso con , pacientes y familiares extraños y locos, contribuía a la riqueza del material. La modalidad mediante la cual prepararon los datos para entregar un cuadro claro y comprensible era de una calidad no sólo científica, en el sentido de una fenomenología rigurosa, sino también de alto nivel literario.

Su interés era estudiar la comunicación entre los miembros de la familia. Dicen que para estudiar el funcionamiento de un equipo de futbol no es tan útil hacer entrevistas individuales sino mirar cómo juegan los integrantes.

-También nosotros podemos decir que, si se quiere estudiar el funcionamiento de una orquesta, no hay que hacer entrevistas individuales sino escuchar cómo tocan la música los intérpretes.

Usando el concepto de Sartre (1960), declaran que “Cuando uno observa lo que sucede en un grupo humano, querría ser capaz de reducirlo a lo que hacen los actores”. Esto será llamado “la praxis”. De hecho, a menudo lo que sucede en un grupo puede no ser oído por nadie”. “Quizás nadie comprenderá tampoco lo que sucede; pero lo que sucede en un grupo será inteligible si uno puede señalar los pasos desde lo que sucede (proceso) a las personas que están haciendo algo” (p.22).

“En cada caso la pregunta era: ¿En qué medida la experiencia y el comportamiento de una persona que ya comenzó una carrera como un caso diagnosticado de “esquizofrenia” pueden ser inteligibles a la luz de la praxis o del proceso de su nexo familiar?

En el primer ejemplo, el caso “Abbott”, hay un pasaje en el cual los autores describen cómo los padres de la paciente paranoide se comunican entre sí (en presencia de ella) con varios gestos y sonrisas bien manifiestos para el observador. Cuando este último los confronta con esta observación, los padres responden con una negación franca. La paciente se veía obligada a no creer en su desconfianza.

En varios ejemplos se ve una familia muy aislada del resto del mundo; en especial la futura paciente fue aislada. Siempre hubo una lucha por la independencia, pero entrelazada en tantas contradicciones. El ejemplo de “Lucy Blair” es ilustrado con un esquema que muestra la relación consigo misma siendo excesivamente dependiente de cómo era vista por los demás. Los padres refuerzan su propio juicio respecto a su hija con el supuesto análogo al resto de las personas: ¡Todos la ven así! La paciente se ve a sí misma como débil de voluntad (weak-willed). Lucy was cut off from both men and women, since she could not discriminate ordinary friendliness from imminent rape, or what her mother called “familiarity” (Lucy fue separada forzosamente tanto de los hombres como de las mujeres, ya que no sabía distinguir entre una amistad normal y una violación inminente o, como decía su madre: “familiaridad”).

Se encuentran muchos ejemplos de mecanismos de depositación. En el caso de la familia Danzig, la madre usó el término being flooded out– refiriéndose esto a la catástrofe de la exclusión.

Ruby Eden era vista casi como una prostituta, sin que a ella se le dijera nada de esto directamente. Pero cuando hubo un embarazo, las mujeres de la familia intentaban que se hiciese un aborto y se quejaban de que la muchacha era una loca, descuidada, que era una porquería (como en el caso de la madre), y de que el muchacho era un cochino (como el padre)- que la historia se estaba repitiendo- así, por primera vez, la paciente oía los hechos de su propio nacimiento.

En el caso June Fields se ve cómo algunos padres prefieren una niña discapacitada para así poder seguir tratándola como niña. Cuando esta misma paciente se había ido momentáneamente de la casa en su adolescencia, y volvía cambiada, ya no era “Mi June”.

Ruth Gold contestaba la pregunta de los investigadores de si acaso siempre se sentía obligada a estar siempre de acuerdo con lo que decían los demás, contestó que sí, porque de otro modo terminaría en el hospital.

Armando Bauleo (1978) escribe: “se puede decir por lo tanto que la teoría de la depositación, de la segregación y la noción de emergente constituyen una suerte de explicación del nexo entre enfermedad individual y grupo familiar. (…)

Buscamos ampliar y profundizar, a partir de la idea central de la teoría y técnica operativa, la noción de tarea y la manera mediante la cual el grupo se relaciona con ella, las causas y la finalidad de tal relación; indagación que en su conjunto nos ofrece una ulterior posibilidad diagnóstica del grupo familiar.

El primer factor o sea, la tarea, nos proporciona un tipo de aproximación a la ideología, entendida como tradiciones y planes prospectivos del grupo familiar, y de allí a la escala de los valores que ella se ha dado, puesto que es a partir de esta que los fines o los objetivos que el grupo se ha fijado se vuelven claros.

La tarea puede ser explícita, negada, distorsionada, es decir que el grupo puede tener claras las metas futuras o inmediatas, anular o imponerse otras por sus características (…) se encuentran fuera de toda lógica. A cada una de estas modalidades podremos atribuir una correlación nosológica en el sentido de los principios freudianos sobre la relación entre psicosis, neurosis y principio de realidad, y podríamos decir que cuando la tarea se ha explicitado, el grupo se mueve al interior del principio de realidad, mientras que cuando es negada o distorsionada, el grupo en cambio actúa dentro de estructuras neuróticas o psicóticas”.

La segunda lección no fue escrita anticipadamente. Respondía en cambio a interrogantes surgidas en la primera lección. Se trataba delas “familias” o de las filiaciones psicoanalíticas.

Se subrayó que Laing se encontraba en la línea del existencialismo o de la fenomenología, fuertemente inspirado por Sartre. Este, en cambio admiraba al filósofo alemán (nazi) Heidegger. En Zurich había un heideggeriano, Modard Boss, quien fundaba la escuela de Zurich de Daseinanalyse. Boss se sentía cercano a Laing en su comprensión fenomenológica del trabajo con pacientes. Si bien disentía de muchos argumentos del psicoanálisis freudiano, Boss nunca quiso salirse de la Asociación Internacional de Psicoanálisis (IPA).

Durante los años 1970 hasta recientemente, varias escuelas psicoanalíticas de Zurich se mantenían apartadas unas de otras, mientras que hoy existen movimientos o intentos de aproximación.