Tal vez uno de los trabajos más lúcidos de Bauleo sea el publicado en 1986, Efectos del proceso grupal. Se trata de un material en el que amarra muchos temas, nociones vagas e hilos conductores, sin conducción hasta ese momento. Es un artículo pensado desde la contratransferencia y desde la implicación. Allí está Armando en toda su amplitud: tratando de pensarse, de pensar en lo que le ha ocurrido, en lo que el proceso grupal ha escrito en él, como manera de dilucidar cuáles son los efectos de los grupos, de aquella diáspora rizomática (toma como ejemplo las plantas siguiendo a Bion) en otros espacios donde ha llevado la “peste”.
La interrogación (también tiene un artículo sobre ella) que se aplica a sí mismo tiñe de manera inmediata los territorios vecinos.
Dice:
“Desde esa base es que se disparan los interrogantes, que a su vez son efectos sobre “nosotros” (sobre mi) y sobre los “otros” ( pacientes, estudiantes, miembros de instituciones, trabajadores del campo sanitario y educacional…,etc.) que nos obligan a repensar y a ubicar las extensiones de las prácticas grupales”. (p.185)
Señalo que “extensiones” figura en cursiva, por lo que se pre-ocupó de destacarla. ¿Cuáles son las extensiones de la práctica grupal? ¿Extensiones hacía dónde?
Esta insistencia sobre los efectos materiales, en él y en sus extensiones, poco a poco se derivará en reflexiones focalizadas en temáticas como la grupalidad, la relación grupo interno-grupo externo, la contratransferencia, y ciertos efectos terapéuticos y pedagógicos. Antes de ello se encarga de puntualizar la visualización del efecto de poder: “ …ligazón y articulación, poner de manifiesto “algo” que de otra manera no sería visible, “características políticas”; ¿como definir y cómo explicitar esa “mentalidad grupal” que todos contribuyen a formar y a la cual todos se van a oponer?”(p. 186) Y más adelante: “ ¿Podría la reconstrucción de historias grupales míticas o primitivas posibilitar alguna teoría para aquella intermediación (se refiere a la intermediación sugerida entre sociedad y estado)”.
Así que tiene que ver con las historias grupales… pero ¿de quiénes?
Aquí hay dos niveles de efectos de poder. Por un lado, cómo es que el dispositivo grupal ha instituido en el propio Bauleo y aquellos que han participado como miembros de los grupos por él coordinados, sistemas normativos (operativos o no) que implican teorías de lectura de lo grupal y de lo institucional productores a su vez de otros efectos. Subyace la idea de institución que el propio dispositivo produce como efecto de poder.
El otro nivel que pasa mas por la observación directa de los discursos grupales tiene que ver con lo que llama la “exterioridad”, la organización global; esto es, “nos permite observar los vínculos manifiestos o latentes entre los grupos, rever la circulación de la información entre ellos, captar el tipo de ejercicio del poder que realizan, los tipos de producción que efectúan los niveles económicos dentro de los cuales se mueven , etc.” (p. 191) En conclusión: “Todo lo anterior, desde otro ángulo, podría ser visto como un gran grupo externo en rapport con el grupo interno del observador “, (el observador es Bauleo, aclaro yo).
Creo que se puede leer acá la preocupación de Bauleo por el crecimiento de los grupos, por la expansión que se ha producido a partir de su nomadismo y de otros que de igual forma y paralelamente contribuyeron a su “asentamiento” en otros territorios. Hay allí un efecto que descubre un deseo aquel de hacer grupos y de producir el deseo de hacer grupos. Pero ese hacer grupos como una manera de ejercicio de poder, poder hacer diría Foucault, no parece responder a un espontaneísmo, ni a una manera caótica de expandirse sino a ciertos procesos maquínicos que han de ser investigados.
Una observación al margen. En este artículo, siguiendo a Rodrigué (El paciente de las 50.000 horas) Bauleo se pregunta por el impacto en el coordinador (en él) por haber sido sometido a una interminable cantidad de horas de trabajo grupal durante muchos años. Esta es una idea que se materializará posteriormente cuando apoyando cierta iniciativa española, fomente la instalación de los Corredores Terapéuticos, proyecto con el que estuvo comprometido de muchas maneras durante años. Sostengo que el primer paciente de los Corredores Terapéuticos es Bauleo mismo, así lo asume en este artículo. Pero también todo el proceso de fundación de grupos aquí y allá en diveras partes, puede ser visto como la puesta en funcionamiento de una gran variedad de corredores, de redes de corredores con derivaciones en varios países. Si hiciéramos un corte transversal ¿cuántos grupos habrían estado funcionando simultáneamente en un año determinado? Nos faltan datos.
Porque no es posible instalar grupos en cualquier lado ni de cualquier modo. Mas bien se trata de leer en las demandas procesos de poder. Aclara Bauleo:
“El dispositivo grupal funciona como un detector de contradicciones: lo que no ha sido hablado, las informaciones que fueron parcializadas, los sentimientos contrastados, lo no elaborado, los “duelos enquistados”, que pertenecen a niveles individuales o institucionales pero que se entrecruzan en verticalidades y horizontalidades vertiginosas, se convierten bruscamente en los puntos candentes del discurso grupal”.(p. 190)
Sintetizando: contradicciones siempre entre lo que aparece en la verticalidad pero cuyas determinantes están en la horizontalidad de los procesos institucionales. Pero apuntando siempre a un efecto contrainstitucional, es decir, instalar formas de operar, de pensar y de sentir y de análisis (habría que decir autoanálisis) permanente de las formas como el Estado inconsciente (Lourau) se cuela y se filtra en toda forma grupal instituyente. El trabajo desde la psicología para despsicologizar, el trabajo sobre las verticalidades individuales para mostrar la grupalidad allí donde parece no estar.
¿Tantos efectos? “El grupo es una máquina demoledora de máscaras “ dice Bauleo. Todo se cae. “Me he pasado la vida destruyendo ilusiones”, reflexionaba Freud, y nos lo dejaba como misión. Con el grupo pasó algo similar, las ilusiones van cayendo, aquellas sobre el propio grupo y sobre la institución. Bauleo dice que sobre todo cae la ilusión de igualdad. Es el efecto dominó, las ilusiones van cayendo sin parar, los poderes se hacen visibles, los nudos institucionales son identificables claramente.
Pero la pérdida de las ilusiones es dolorosa, “las ilusiones pasadas yo no me las puedo arrancar”, cantaba Gardel o “me abrazaría a tu ilusión para llorar tu amor” (Uno). No es fácil escribir la historia grupal, no es sencillo analizar la implicación, no es agradable detenerse para mirar atrás y “ver el camino que ya no se ha de volver a pisar”. Pero es necesario.
Por eso, es que hace unos meses propuse el proyecto Archivos. Es hacer honor a la trayectoria, de Armando y de los aventureros, y de los grupos, mirarlos, determinar sus desterritorializaciones y reterritorializaciones. Identificar los impulsos, descubrir la producción y sus efectos. Recuperar una cierta historia oral como primer paso para el análisis, construir un discurso, señalar emergentes, devolverlos y asumirlos. Se trata de un ejercicio de rememoración desde el a posteriori, descubrir lagunas, hacer preguntas incómodas, detectar los secretos y las normas que los constituyen. Recuerdos de la grupalidad sobre la grupalidad. Sobre triunfos y fracasos, sobre dominación. Grupos, talleres, discusiones, mesas, congresos, homenajes, fotos, escritos, café y más café,
Preguntarse por el efecto dominó. ¿Qué efecto dominó? ¿Dominó qué, cuándo, por qué dominó y sobre todo con Pichón, para qué dominó? Pero de todos los efectos que se detecten, ¿cuál dominó, y porqué dominó ese y no otro? Pensar los efectos en tèrminos de series complementarias, factores desencadenantes, aparato disposicional, y como efectos los síntomas. Una tarea de investigación propia del viejo CIR(**), ahora sin CIR, vale decir en una anti-institucionalidad, a partir de Rimini cuando Bauleo lo disolvió ¿porque no hacía su tarea? Es una nueva vuelta de espiral, y sobre todo se trata de nombrar la trayectoria.
El proyecto Archivos pegó, pero como nos decía Armando aparecen las contradicciones, se lo desea y se lo odia, efectos de los efectos.
En suma, hay que hacer la tarea, y creo que como experimentados coordinadores, tal vez, aún estemos comenzado con la pre-tarea. Es conocido, al principio hay un largo silencio… incómodo.
HF
Bs.As. dic. 2008
(*) foladori@vtr.net
(**) CIR, Centro Internacional de Investigación en Psicología Grupal y Social, fundado por Bauleo en 1980 y disuelto en 1992.
(***) Trabajo presentado en la mesa redonda Armando Bauleo: Trayectoria de un pensamiento, VIII Congreso de Salud Mental y Derechos Humanos. Bs.As. dic. 2008
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Bauleo, A. (1986) Efectos del proceso grupal, Lo grupal Nº 3, Ed. Búsqueda, Bs. As.