Se forma como psicoanalista en la Asociación Psicoanalítica Argentina, la sucursal local de la Asociación Internacional, en la década de los 60.
Era uno de los integrantes de la segunda generación de los discípulos directos de Enrique Pichón-Rivière junto a Hernán Kesselman, Eduardo Pavlovsky, Miguel Matrajt, Gregorio Baremblitt y otros más (la primera generación estuvo constituida por Liberman, Rolla , Bleger y Ulloa, algunos de ellos como equipo instaló la Experiencia de Rosario). Forma parte así de un núcleo que se caracterizaba por una filiación política de izquierda y desde el punto de vista clínico el trabajo con grupos. Como candidatos, se analizaban y supervisaban a su vez con analistas de la talla de Marie Langer, Emilio Rodrigué, Diego García Reinoso, etc.
Hay que tomar en cuenta que en los 60 se va dando una polarización política importante en América Latina y en particular en el Río de la Plata, que produce el surgimiento de grupos guerrilleros como efecto de un importante movimiento de masas por reivindicaciones económicas, frente a la crisis social en aumento, hiperinflasión, marginación social, introducción de políticas de expansión y ampliación del capitalismo, etc.
Esta crisis impacta la institución psicoanalítica generando cierta discusión que es reprimida, ya que no se trata de una problemática del inconsciente. Recuérdese que Bleger (1958) había publicado un libro sobre Psicoanálisis y materialismo dialéctico que jamás fue discutido en la APA.
Con motivo del Congreso Internacional de Roma, en l969 , Bauleo y Kesselman organizan en el bar de enfrente al Hotel donde sesionaba el Congreso un contracongreso, planteando la necesidad de que el psicoanálisis se haga cargo de pensar problemáticas sociales, políticas, institucionales, etc. (¿coletazos del mayo del 68?) que sistemáticamente quedaban fuera de toda discusión científica.
También, era importante interrogarse por la implicación socio-política del psicoanálisis y lo que de ese modo instituía. Allí se funda Plataforma Internacional un movimiento contestatario integrado por analistas italianos, suizos, argentinos, entre otros. A su regreso a Buenos Aires se organiza Plataforma Argentina lo que implica la renuncia de un importante contingente de analistas de la internacional en una acto histórico, ya que es la primera vez que se produce un quiebre institucional por razones políticas.
En esa época, Bauleo escribe artículos sobre psicoanálisis y marxismo y apoya la edición de los dos libros de Cuestionamos. Allí, con Marie Langer denuncia la asistencia psicológica de un candidato brasileño en procesos de tortura, lo que causa enorme revuelo y pone finalmente a la IPA en situación de tener que pronunciarse más de 20 años después.
Con Pichón participa como docente de la Primera Escuela Privada de Psicología Social, es catedrático de la Universidad de La Plata y es Jefe de trabajos prácticos de José Bleger (considerado siempre como su hermano mayor), catedrático de la Fac. de psicología de la UBA.
Por las noches, mantiene con Pichón un teléfono para suicidas.
Además, viaja incansablemente a Rosario y Montevideo para transmitir sus conocimientos en torno a los grupos operativos.
El surgimiento en Argentina de la Alianza Anticomunista Argentina (la tristemente célebre Triple A) lo obliga – como a muchos otros de su grupo – a emigrar, cosa que realiza junto a Marie Langer en el 75, a México y luego a España.
En México, forma también coordinadores de grupo operativo , entre ellos a los que van a fundar la licenciatura en Psicología Social de la UAM-Xochimilco (con un sistema modular de aprendizaje grupal) y mas tarde la Maestría en Grupos e Instituciones.
En España funda con Kesselman (quien había emigrado también en esa época) la Revista Clínica y Análisis Grupal.
Tal vez sea allí en España donde logra realizar una de las experiencias más creativas en el terreno de la práctica comunitaria y que se conoce bajo el nombre de Corredores terapéuticos. Este modelo grupal de asistencia comunitaria aparece como una opción eficaz y válida frente a las políticas de encierro y de control bioquímico.
Mas tarde se muda a Italia radicándose en Venecia y fundando el Instituto de Psicología Social Analítica, del cual es docente hasta su muerte, al igual que supervisa el Instituto de Prevención “José Bleger”, de Rimini, fundado por otro de sus discípulos italianos.
Hay que decir que Bauleo ha sido un viajero incansable. Además, de mantener actividades los últimos años en España, Italia y Argentina, fue el organizador – junto con los colegas cubanos – de los famosos encuentros de Psicoanálisis y Psicología marxista, que se realizaron cada dos años en La Habana a partir de 1988, por mas de 10 años. Estos encuentros constituyeron un punto obligado de reunión para gente del mundo psi deseosa de pensar las relaciones entre el psicoanálisis y el marxismo, y manifestar sobre todo un compromiso decidido con la Cuba socialista, ante el derrumbe de la Unión Soviética.
Además, Bauleo funda en el 81, en Milán, el Centro Internacional de Investigación en Psicología Social e Institucional que se reúne cada dos años (alternativamente en Europa y en América Latina) para discutir acerca de los grupos operativos y los procesos de institucionalización. Los encuentros tienen lugar así en Cuernavaca, París, Montevideo, Madrid, Managua y Rimini, produciéndose a su vez un buen número de publicaciones con los trabajos presentados. Luego de 10 años, el propio Bauleo propone su disolución.
Los últimos años de su vida están marcados en la Argentina por su compromiso con la Universidad Madres de Plaza de mayo y su asistencia y participación en los Congresos de Salud Mental y Derechos Humanos. Es invitado a diseñar y llevar a cabo el proceso de desmanicomialización para el Hospital Borda.
Por otro lado, continúa con su trabajo en España e Italia con grupos locales. En el 2006 forma parte del Comité Organizador en Madrid, del Congreso Internacional “Actualidad del Grupo Operativo”, el que cuenta con una enorme asistencia de grupalista e institucionalistas de países de ambos continentes; tal vez el evento mas significativo que se realizara en la historia de los grupos operativos.
Bauleo era un escritor incansable. Ha publicado infinidad de libros (de su autoría personal y también compilaciones y textos colectivos que lo entusiasmaban), de prólogos, y concedido un número no determinado de entrevistas. En todos sus textos siempre hay alguna idea y una lucha, una idea para transmitir y desarrollar y algo que combatir. Muchas veces sus escritos son como filigranas, parece no verse nada allí y sin embargo ahí está. Es intuitivo, opera por libre asociación y avanza. No necesariamente teoriza, propone, relaciona, conecta. Escribe como coordina los grupos, con una extraordinaria capacidad clínica asociativa y técnica que implicaba tanto el trabajo en la profundidad sufriente como el rescate afectivo inmediato.
Entre sus amistades internacionales se encontraban René Lourau, Gerard Mendel, David Cooper, Paul Parin, Robert Castel, Toni Negri, Félix Guattari, Franco Basaglia, y muchos más, además de los miembros de Plataforma y de sus múltiples discípulos en los lugares más apartados.
Santiago, abril de 2008- HF