Viernes, 28 de Sept. De 2012
Pensé dividir este espacio en dos momentos; uno expositivo, con algunos conceptos centrales. Y otro dialogante o interactivo, en el que cada cual puede traer sus experiencias de aprendizaje desde los contextos en los que se desenvuelve y desempeña …
La Psicología Social planteada por Enrique Pichon-Rivière se basa en una concepción del sujeto como ser esencialmente social. Es decir como alguien configurado por una compleja trama de vínculos y relaciones sociales. Es así que –para Pichon-Rivière-el hombre se va constituyendo como tal en una praxis, en un hacer, en una actividad transformadora. En síntesis, se va conformando en una relación dialéctica con el mundo, al cual transforma y es transformado a su vez. De este modo, el hombre, en su actitud transformadora es definido como sujeto esencialmente cognoscente. Desde esta óptica se sitúa en primer plano el análisis de los procesos de aprendizaje.
Si el aprendizaje es constitutivo de nuestra subjetividad, se puede afirmar, siguiendo a Ana Quiroga “…que no sólo somos en cada aquí y ahora sino que también hemos construido una trayectoria de aprendizajes que nos han permitido ir adquiriendo modelos más o menos adaptativos”
Esta estructura o modelo de base es una estructura compleja y contradictoria, basada en una infraestructura biológica. Está socialmente determinada e incluye no solo aspectos conceptuales sino también elementos emocionales, afectivos y esquemas de acción, elementos todos con los cuales se opera con la realidad de un contexto histórico-social.
Según Ana Quiroga, una matriz de aprendizaje es : “Un modelo interno en base al cual cada uno organiza y simplifica el universo de su experiencia, el universo de conocimiento. Es una estructura a la vez personal y social” (particular y compartida)
Entonces, en base a lo ya expresado, vamos a empezar por abordar cómo se constituyen los primeros modelos de aprendizaje, las matrices, si queremos llamarlo así. Desde luego que estos son modelos de interacción familiar… se gestan en la familia. ¿Por qué la familia? Porque este ámbito primario, escenario de nuestras primeras experiencias, es el que da pie a que se constituya nuestra subjetividad.
Es un ámbito de vínculos en el que se dan experiencias de intensa emocionalidad que van dando forma al ser humano, ser que por lo demás-a diferencia de los animales- es inicialmente absolutamente dependiente y carente y que sólo puede subsistir gracias al soporte de otros. Como diría Pichon-Rivière “Es un ser en y por la relación con otro”.
Entonces como les decía, la familia es una organización grupal que configura el mundo interno del sujeto a través de la internalización de las relaciones que se dan en su interior. Es así como el sujeto se constituye en esta estructura de interacción, en el seno de la cual construirá sus primeros modelos de aprendizaje. Desde luego que los procesos de aprendizaje de la realidad externa estarán determinados por las características que resultan del aprendizaje de la realidad interna, establecida entre el sujeto y sus vínculos internos.
En este grupo primario, la existencia de un ser por nacer promoverá en cada uno de sus miembros fantasías, afectos de aceptación y/o de rechazo, adjudicación de roles que incluso pre-existen al sujeto y que, en cierta medida diseñan y designan su lugar en la familia.
Cuando decimos que la familia es un ámbito de vínculos, hay que explicitar de entrada qué se entiende por vínculo. Pichon- Rivière , quien –en lugar de utilizar el término objeto interno ,concepto presente en el psicoanálisis desde Klein-de las relaciones objetales – prefirió usar el concepto de vínculo y lo definió como una estructura dinámica en continuo movimiento, que engloba tanto al sujeto como al objeto y que de ello resulta una conducta, conducta que tiende a repetirse tanto en la relación interna como en la relación con otros.
S1 (S2) S2 (S1)
Es decir, en una relación entre S1 y S2 habría dos niveles, el de la realidad efectiva y el del vínculo, vínculo que se refiere a cómo S1 se representa a S2 y cómo S2 se representa a S1. En una familia habría entonces múltiples vínculos producto de los entrecruzamientos relacionales de sujetos y de representaciones de cada uno de ellos entre sí. A esta red de vínculos Pichon la denominará grupo interno. Esta red vincular, llamada grupo interno, se activa con cada aprendizaje, poniéndose en juego en forma de latencia, de elementos a develar.
Como les decía al comienzo, los primeros modelos de aprendizaje se dan en la familia, que es como una unidad de enseñar-aprender. No sólo la madre y el padre enseñan al hijo sino que este a su vez le enseña a sus padres a ser padres, de determinada manera y con un sello particular en relación a cada hijo. Si el adulto también acepta aprender del bebé, dejándose guiar por su necesidad, será más fácil para este el paso de la dependencia a la autonomía, a la progresiva individuación e institución de la identidad. Pero no en todas las familias sucede esto: hay padres más aprensivos, más rígidos o más autoritarios. De esta particularidad familiar en el proceso de enseñar-aprender, dependerá la mayor o menor inhibición en el proceso de aprendizaje.
Si ahora vamos a focalizarnos una situación grupal cualquiera, puede ser un equipo de trabajo, una reunión de vecinos, un grupo de estudio, un grupo de padres y apoderados de un colegio, un grupo de supervisión, un grupo familiar etc. , cada uno de ellos con una tarea específica entre manos. Entonces, en cada uno de ellos se podrán observar dos niveles: uno que se refiere al funcionamiento de los integrantes en el grupo y otro, que es la variable aprendizaje propiamente tal.
En un primer momento grupal, que se puede llamar de indiscriminación, los objetivos aparecen confusos, no está tan claro para qué se reúnen, ni lo que hay que hacer ni cómo hacerlo: todo lo que se refiere a razonar, distribuir roles, categorizar las prioridades, tácticas a utilizar, etc. todo esto está difuso. Además todavía no hay una cohesión grupal y cada uno/a habla en forma personal, individual y no en pro de una causa común o de un hacer común. También se produce que, el que interviene individualmente lo hace trayendo experiencias anteriores, a veces con relatos que no son pertinentes a lo que hay que trabajar y resolver en el aquí y ahora grupal. Los roles son más bien nominativos, tal persona anota, tal persona preside la reunión porque así se estipuló. Todavía son roles que no son discriminados en relación a la función que cumplen y a su funcionamiento. También es fluctuante el acercamiento al tema o tarea por la cual se juntan. En esta etapa podríamos hablar de un momento de indiferenciación, del cual se desprenden ansiedades confusionales (para qué, de qué se trata, no entiendo esto, esto otro se me olvidó, etc.). Podemos decir que en esta etapa hay una fantasía de aprendizaje total (de querer realizar la tarea en su totalidad) ya que en este momento de indiscriminación se confunde el “querer hacer” con el “ya haberlo hecho”. También aparecen desajustes entre verbalizar, sentir y actuar.
En un segundo momento empieza el esclarecimiento básico sobre algunos roles y aparece paulatinamente el para qué se reúnen (tarea manifiesta), quedando siempre elementos a esclarecer (tarea latente) que pudieran dificultar o impedir que se lleve adelante el trabajo por el cual se juntaron. El grupo mismo se transforma en campo de acción.
Desde luego que cuando se habla de esclarecimiento, se habla de discriminación y, por lo tanto de aprendizaje, de elementos que se van internalizando en el hacer del grupo. Aparecen entonces los miedos al cambio que se manifiestan en sus vertientes de miedo al ataque y miedo a la pérdida…miedo al ataque está referido a que los contenidos recién internalizados, aún no están instrumentalizados, no se han afianzado del todo y pueden ser objeto de “expropiación”, “ataque”…momento determinado por ansiedades paranoides. En este sentido puede activarse un sistema defensivo que pone en juego los distintos mecanismos de defensa para que lo nuevo no sea incorporado, produciéndose los estereotipos -pautas fijas y repetitivas- que impiden avanzar en el trabajo. Por otro lado, el miedo a la pérdida está referido a la pérdida de las estructuras conocidas, al temor de ya no tener los contenidos antiguos puesto que en el intertanto se han ido modificando, momento en que predominan las ansiedades depresivas. Se puede percibir en todo esto lo dialéctico del proceso de aprendizaje puesto que constantemente se internalizan aportes de la realidad externa y a la vez que la persona cambia, también promueve que su realidad cambie al actuar sobre ella. Este proceso es lo que Pichon denomina adaptación activa a la realidad. El campo del grupo se ha transformado así en un campo de acción. A través del interactuar en el grupo se modifica el grupo interno previo. Posteriormente este grupo interno modificado se externaliza y explicita en nuevas pautas de comportamiento. Es en este segundo momento cuando se toma en cuenta con mayor pertinencia la realidad y ella nos va a decir qué podemos y qué no podemos hacer, es decir cuáles son nuestros límites.
En este momento del proceso, se evidencian elementos tales como la pertinencia y la pertenencia. Ya el grupo tiene cualidad de grupo y/o de equipo de trabajo o de estudio puesto que cada integrante, a la vez que se relaciona con otro u otros, posee una representación mental de él o de ellos y también tiene más claro el trabajo o tarea a hacer y las limitantes que ello implica.
En el tercer momento el grupo o equipo reordena los diversos sub-temas que forman parte del tema central y se produce una síntesis cada vez más abarcadora de lo aprendido pero a la vez teniendo en cuenta que los nuevos elementos adquiridos no son verdades absolutas sino que, al contrario, se abren a nuevas preguntas y a nuevas confrontaciones con la realidad –lo que llamamos praxis- que a su vez vuelve a modificar o a corroborar lo aprendido. Aparecen esbozos de proyectos, relatos de aplicaciones de lo aprendido a la vida diaria (trabajo, familia, etc.)
Acá, en este contexto de hoy, se han visto enfrentados a varios conceptos que he ido mencionando…conocidos por varios y quizás para otros, menos conocidos: ¿qué hacer con todo este bagaje?….bueno, primero tendrán que llevarlo de afuera (pizarra, habla, pensamiento) hacia adentro de cada uno, no tragándolo de inmediato, sino desmenuzándolo, cuestionando sus elementos, seleccionando los que son pertinentes de los que no lo son, sintiendo cómo se piensan y pensando cómo se sienten. Una vez hecho esto, hacerlos propios, apropiárselos, operación que se llama internalizar. Luego tendrán que confrontarlo con lo ya aprendido, y ver si puede calzar con aquello, contrariarlo, pelear con lo nuevo o ampliar la óptica de lo ya internalizado.. .si no es así tendrán que abrir en cada archivo interno de cada uno de ustedes otra categorización, una nueva categorización…sin todavía dar fe de lo aprendido en tanto esto no sea llevado a la realidad, a la praxis, a la acción: a los equipos de trabajo, al plano laboral, al plano escolar, al plano cotidiano familiar…y aquí, en los diferentes lugares de aprendizaje, produjera una modificación, por muy pequeña que ella sea … a esto lo llamaremos operar con la realidad. También puede darse lo contrario, es decir, que la realidad presente determinados escollos, elementos que se repiten con cierta frecuencia y de los cuales no tengo ninguna concepción previa. Pues entonces ahí nos veremos enfrentados con la tarea de darle un nombre a esto que se presenta y se repite, y definir ese fenómeno que no había sido clasificado aún. Esto es para decirles que- a su vez- el hacer también puede modificar saberes anteriores. Se trata de una constante espiral dialéctica.
El proceso de aprender es dialéctico y es un acto de cuestionamiento permanante: de-construir lo ya internalizado para reconstruirlo de otro modo, con ello se operará en la realidad para realimentar lo aprendido, ya sea para confirmarlo como para no confirmarlo o para darle otro matiz, agregarle otros elementos: en el aprendizaje, pensamiento, emoción y acción son un continuum íntimamente relacionado.
Creo que con esto es suficiente…ahora podemos dialogar, imagino que cada uno traerá sus experiencias de aprendizaje
BIBLIOGRAFIA
E. Pichon –Rivière: El proceso grupal– Ediciones Nueva Visión, Bs. Aires 1980;
E. Pichon Rivière: Teoría del vínculo – Ed. Nueva Visión, Bs. Aires, 1985
A. Bauleo – “El proceso de aprendizaje grupal” –clase dictada en la Univ. De la República, Montevideo, 1970
Ana Quiroga – “Matrices de aprendizaje” –clase 5ª. Bs. Aires, 1985